Una serie de buenas decisiones y determinación pueden cambiar tu vida por completo. A veces vemos nuestra vida como un camino que no pudimos cambiar, y que el resto es seguir por ahí, lo queramos o no. Sin embargo, basta una decisión para encontrar una bifurcación en el camino.

Ese cambio, sea pequeño o gigantesco, no sólo crea un nuevo camino para nosotros, sino que nos da la oportunidad de comenzar una serie de cambios, tantos como deseemos, para ver un nuevo sendero, completamente distinto al que caminábamos hace poco.

«Creo que preferiría si ya no tomaras más». Esa fue la frase con la que Mark Smith despertó el día que su vida cambió. Tenía 55 años y había pasado cerca de 30 años con un estilo de vida que giraba en torno al alcohol.

En una sociedad permisiva, mientras sus locuras no excedieran el límite socialmente aceptado, Mark no era considerado un alcohólico, por lo menos no en el sentido de las personas que vemos con una vida destruída, en las calles y sin familia. No, Mark era un bebedor casual, siempre que había una fiesta o reunión necesitaba beber para hacer la situación interesante.

Ese problema sólo fue agravándose con el paso de los años y aunque todos creen que los veintes o treintas son la edad crítica para el alcoholismo, fue a los 55 años, cuando escuchó esa frase de la boca de su esposa, que supo que de seguir así, el alcohol iba matarlo. Fue entonces cuando dejó el alcohol para siempre.

En el momento en el que tomó la decisión, Mark estaba anímicamente en un poso. Se consideraba un monstruo. Aunque tenía que ver con el hecho de que mide 1.92 metros y pesaba 136 kilos, era el hecho de beber cantidades industriales de alcohol que nublaban su juicio y dañaban sus sentidos lo que él consideraba monstruoso.

Ahora afirma sonriente que sus amigos le siguen diciendo así, pero en otro sentido, el de alguien que se ha dedicado a mantener su salud al grado de tener un cuerpo envidiable. Smith perdió más de 13 kilos sin hacer nada durante los primeros meses, sorprendiéndose del daño que el alcohol puede causar en el cuerpo.

Después de eso, al ver que adelgazaba, pero que la piel perdía elasticidad (producto de años de estiramiento debido al alcohol), comenzó a hacer ejercicio. Dejar de beber y comenzar a hacer ejercicio le permitieron comprometerse a un plan alimenticio sano y estricto.

Pasó de comer cualquier fritura y comida grasosa y deliciosa a lo largo del día, a ser metódico y sólo comer tres veces al día. Esa decisión lo llevó a hacer más ejercicio, prácticamente cambió una adicción insana como la bebida por la del mundo del levantamiento de pesas y vida sana.

Seis meses después de dejar de beber, renunció al azúcar, pan y pasta. Hace poco Smith subió las pruebas de lo que puede pasar cuando comienzas a tomar decisiones sanas para tu cuerpo. Sus pantalones parecen los de otra persona e incluso él se ve como alguien completamente rejuvenecido.

Un cuerpo marcado y músculos en desarrollo (dice que es más difícil hacer músculo que perder peso) son parte de algo más grande. Smith dice que todos los días se siente mejor que antes y aunque se acerca a los 60 años, nunca pensó que podría verse así.

Él es una muestra de lo que la determinación hace en nosotros. Sí, tuvo una vida complicada y la bebida era su escapatoria, pero un día dijo «no más» y desde entonces ese «no» ha sido el motor que impulsa su vida.

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